El sábado 25 de agosto, en una noche donde el frío era incesable, comenzaron a amontonarse diversos grupos de personas en la puerta de The Brothers Concert para contagiarse el calor y esperar que comenzara el show de la noche. Entre el olor a tabaco quemado y charlas lejanas, se abrieron las puertas del lugar cerca de las diez de la noche. En el aire se percibió el pantano platense, imagen de la cual se aferraron al crear FANGO, un nuevo ciclo de festivales con sede en 55 y 11.
La encargada de darnos la bienvenida fue la DJ Valentina Spirito, quien hizo increíbles malabares con una bandeja, haciéndonos disfrutar de un house intransigente y puro, mientras los presentes hacían fila para hidratarse la garganta con pintas artesanales.
El lugar se fue llenando y, cerca de las once de la noche, subió al escenario Jvlian. con un hip-hop fresco, fusionado a la perfección con un funky. El quinteto -aunque esta vez se ausentó la batería-, estuvo de estreno. El día anterior había presentado su segundo disco: Crisis, siendo el mismo lo que más se escuchó en la noche del sábado. Giraron entre algunos afortunados del público pequeños fanzines con letras del nuevo trabajo.
Pasada la medianoche, subió Dante Spinetta a la tarima, acompañado por Matías Méndez en el bajo y Pablo González en la batería. Con un amplio repertorio, pasó por diferentes etapas de su carrera. “Mi vida”, perteneciente a su disco Puñal (2017), con una letra sobre desencuentros y rupturas (Eres parte del infierno/del cual no puedo escapar), fue la encargada de abrir el repertorio del ex Illia Kuriaky.
Con derroches de carisma y tras unas gafas redondas, Dante demostró la monstruosidad musical de la cual es portador. “Y bueno, flashé”, dijo humildemente el intérprete luego de hacer que su viola rugiera con unos solos increíbles en “Salta la Cruz”. “Supremacía”, “Gisela” y “El Apagón” fueron otros de los momentos épicos de la noche, mezclando cumbia, sintetizadores, hip hop y funk.
Hubo dos perlitas de la noche. La primera fue el tema que Dante hizo con el gran Residente, “Pa tras”, perteneciente al disco Pyramide (2010), donde los bajos intensos pusieron a bailar hasta a los más aburridos. La otra fue “Mostro”, que también se encuentra en el mismo trabajo.
El affaire con su público quedó demostrado gracias al flow del artista, quien, a su vez, logró que todos los presentes estén en una misma hermosa sintonía lisérgica y fangosa.
